Últimamente mis héroes favoritos se han vuelto un poco predecibles…
Murphy dice: Sé que no soy el único que cuando revisa los dos bolsillos y no encuentra el celular tiene un pequeño infarto. Lo sé.
Vean ambos videos y díganme qué tienen en común.
Murphy dice: Toda mujer se sentirá sexualmente atraída por el 90 por ciento de los varones, salvo que esté borracha, en cuyo caso se tirará cualquier cosa y se arrepentirá por la mañana.
Tal vez algún día complete la frase y la publique, igual y el siguiente año. Y es que eso soy y eso me define:
Alguien con mucha suerte …
Varias anécdotas al respecto en las que prometo ser breve, claro que también advierto que no estoy acostumbrado a cumplir mis promesas.
La primera de ellas fue en unas vacaciones familiares en el paradisiaco puerto turístico de Acapulco. Saliendo del hotel, mientras caminabamos a la playa más cercana, a la orilla de la banqueta me encontré un billete de 200 pesos. De esos 200 pesos que todavía no estaban devaluados y no cualquiera tiraría por que sí. Claro que esa tarde yo invité la comida.
Y como esas han sido varias monedas, aretes, cadenas, etc. Podría ser por lo que un profesor decía que yo caminaba como tacaño, mirando siempre al suelo.
La otra anécdota es de cuando era apenas un chamaco como de 4 ó 5 años. Vivíamos en aquel entonces, mi madre y yo, en casa de los abuelos en el primer cuadro del centro del pueblo. Como ahí no había donde estacionar el carro, Caty (mi madre) lo llevaba a un terreno que tenemos a las afueras del pueblo y donde vive una tía. La cuestión es que en la mañanas Caty me dejaba encargado en casa de esa tía en lo que ella se iba a trabajar y en las tardes iba por mí y dejaba el auto guardado.
Una semana antes de mi cumpleaños Caty y mi abuela platicaban qué iban a hacer para festejarlo, imagino que eran tiempos de crisis, de la madrid todavía era presidente así que lo más seguro es que no había mucho dinero en el país. Total que dijeron que no iba a haber fiesta con mole como cada año.
Un par de días después, Caty me llevaba de regreso a casa como cada tarde cuando no sé por qué razón salió en la conversación mi cumple y le dije que mi abuelita ya hasta me había comprado un guajolote para mi fiesta, ella llegando a casa le preguntó a mi abuela y ambas no supieron de qué hablaba.
– Haber dime, cómo que tu abuela ya te compró un guajolote?
– Sí, ya me compró uno, está allá en la casa grande
Y ahi vamos los tres a la casa grande a ver el mentado guajolote. Nada más llegar le preguntaron a mi tía y ella tampoco supo nada, hasta que los llevé al traspatio donde había un gallinero donde antes había pues eso… gallinas.
Y ahí estaba, tremendo animalote, blanco blanco y gordo gordo. Mi tía preguntó con los vecinos de alrededor (que en aquel entonces no pasaban de tres) y nadie le supo dar razón de quién era
– Joder, pues Alejandro ya tiene guajolote para su cumpleaños, a comprar todo lo demás y que haya fiesta.
Murphy dice: ¿Qué sonido se hace al aplaudir con una mano? ¿A qué sabe la lengua? ¿Cómo se ve el propio ojo?
Escribo esto por que un día como hoy, 10 de Abril, pero del año 1912, se embarcaron Rose y Jack en ese viaje famosillo y conocido por todos como «Titanic«. Pero en esta ocasión no hablaré de la película, si no de varios detalles poco conocidos de este barco.
Refiriéndome un poco a la clásica coincidencia (serendipias diría yo) entre éste y otros dos barcos, el Titan y el Titanian.
Cuando en 1898, Morgan Robertson publicó su novela acerca de el Titan, el trasatlántico más lujoso de su época que se hundía en una noche de abril tras chocar con un iceberg en su viaje inaugural. Sabemos lo que sucedió 14 años después con el Titanic, no?. Para hacer más grande la coincidencia, ambos barcos tenían el mismo tonelaje y se hundieron por la misma zona del océano, ambos se denominaron como insumergibles y no tenían la cantidad suficiente de botes salvavidas.
En abril de 1935, William Reeves, tripulante del Titanian, al navegar por la misma zona donde se había hundido el Titanic, tuvo un presentimiento. Grito una advertencia mucho antes de ver aparecer un iceberg frente al barco. Éste evitó chocar por muy poco. Quieren más coincidencias, William Reeve havía nacido el mismo día del desastre del Titanic.
Aparte de este, existen otros hechos curiosos con respecto al titanic, Por ejemplo apenas en 1906 se había propuesto la señal de «SOS» como señal internacional de auxilio, pero los operadores de radio británicos aún utilizaban el código anterior «CQD». Las primeras señales que envío el Titanic fueron «CQD» hasta que el segundo operador sigirió, haciéndose el gracioso: «Envíe SOS; es la nueva llamada, y ésta puede ser su última oportunidad de enviarlo».
También es conocido el relato de la banda de músicos que continuó tocando en la cubierta aún tras saber que el hundimiento era inminente. Pero que el cuerpo de Wallace Hartley, director de la banda, fue recuperado e identificado, pues yo no lo sabía, y menos que su funeral en Inglaterra contó con la presencia de miles de personas y llegó a ser considerado como un héroe. Cargo que no le impidió a la compañía naviera White Star Line, dueña del Titanic, cobrarle a su familia el coste de la pérdida de su uniforme de músico. Ya saben, dinero, cochino dinero.
Manuel Uruchurtu fue el único paisano mexicano que estuvo en el Titanic. Estando arriba de un bote salvavidas, notó a Elizabeth Ramell que rogaba abordar un bote para llegar a Nueva York donde su esposo e hijo la esperaban. El oficial de mando le negó el lugar y Uruchurtu, como buen macho mexicano, le cedió su puesto, con la única condición que visitara a su esposa en Xalapa, Veracruz. Ramell lo hizo en 1924, aunque más tarde comprobarían que ella nunca tuvo un esposo ni un hijo. Qué poca madre de estas inches viejas mentirosas.
Su diseño original debía tener 48 botes salvavidas, pero por cuestiones de «estética» se redujeron a 16 botes más 4 semidesarmados. Imposibles para soportar a los 2,224 pasajeros embarcados ese día.
Dicen que el «hubiera» no existe, pero me vale, ahi les van algunos. Si el Titanic hubiera chocado de frente (proa) al iceberg sólo se hubieran dañado dos compartimientos, lo que le hubiera permitido mantenerse a flote e incluso seguir navegando. Si hubiera empezado a girar 30 segundos antes, hubiera evitado el iceberg. El primer oficial, al ver el iceberg dió la orden de virar y de dar marcha atrás en conjunto, si sólo hubiera dado la orden de virar, el Titanic habría evitado el choque por escaso margen. Y por último, si los vigías hubiesen tenido prismáticos podrían haber visto el iceberg mucho antes evitando la catástrofe.
Murphy dice: Amaos los unos sobre los otros.