Me gustó la película, atractiva historia, aunque en cierto punto se me hizo tediosa.
El director, Christopher Nolan, repite su mancuerna Christian Bale – Michael Caine que le funcionó en Batman Begins, bueno, realmente no sé que tan bien le haya funcionado, pero después del fiasco de los últimos dos batmans, pues creo que este último ha rescatado al personaje. Pero ya me fui a otra película. Agregen a Hugh Jackman y está lista la película.
Pero estos personajes no me interesan tanto para este post; Quien en verdad me interesa es David Bowie, en su papel de Nikola Tesla.
¿Les suena el nombre?, tal vez hayan escuchado en sus clases de física o de electricidad acerca de la bobina de Tesla, curioso artilugio eléctrico que hace que se te erizen los pelos cuando pones tus manos en él, y si no me creen pregúntenle al Ary, que hizo una en la universidad.
Y es que la historia (y sobre todo «El gran truco») gira en gran parte entorno a este hombre, por algunos llamado «El hombre que inventó el siglo XX«. Tesla, nacido en 1856 en lo que hoy es Croacia, dominó disciplinas tales como la física, las matemáticas y la electrícidad, y es considerado el padre de la corriente alterna.
A su llegada a América trabajó para Edison gracias a una carta de recomendación que le había dado un socio de éste diciendo: «Querido Edison: conozco a dos grandes hombres y usted es uno de ellos. El otro es este joven.» Qué razón tenía esa carta; Las investigaciones, y por ende las patentes, de Tesla le generaron grandes ganancias a la compañia de Edison.
Edison por aquel entonces tenía el monopolio en América de la Corriente Continua, sin embargo Tesla consideraba más viable la Corriente Alterna y tras una riña por dinero, (el marro de Edison no quiso subirle el sueldo a 25 dolarucos semanales) cortaron relaciones y se hicieron completos rivales en la electrificación de norteamérica, iniciando la Guerra de la Corrientes.
Genio y figura, ideó experimentos extraños, armas secretas y teorías extremas, relacionándolo con el gobierno ruso, el cual estaba interesado en el «Rayo Mortal» de Tesla. Rayo que fue relacionado con el evento de Tunguska.
Murió en el Hotel New Yorker en Nueva York, en 1943, completamente solo, abandonado y sin dinero. Tras su muerte, muchas de sus notas fueron robadas y extraviadas, perdiéndose sus ideas y muchas teorías que inclusive hoy nos podrían llegar a sorprender.
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Murphy dice: Entre gitanos no se leen las manos.